Había una vez un granjero que debía su vida al circo y a sus
vacas.
Tenía doce vacas bien alimentadas a las que desde pequeñas
había enseñado a jugar al fútbol. Para ello, las dividía en dos equipos. Un
equipo tenía a la que era considerada la mejor jugadora: Coloreada. Todas lo
pasaban genial jugando, pero al final del partido a una le tocaba sufrir.
Un día, el malvado domador les dijo:
-Esta es la última función del mes. El circo está abarrotado
así que tenéis que jugar como nunca antes lo habéis hecho.
Las doce vacas salieron a la pista, donde el público las
recibió con una gran ovación, demostrando así su alegría. Coloreada iba la
primera con el balón entre sus patas. Las jugadoras de los dos equipos se
colocaron en sus puestos. Pichichi, el portero del equipo contrario, se acercó
a Coloreada y le dijo:
-Como me metas muchos goles, el jefe me matará a latigazos.
-Si no los meto, me matará a mi –se quejó Coloreada.
Muy rara era la noche en la que, después del partido, el
malo domador no azotase a alguna de las vaquitas con su látigo como castigo por
no haber jugado bien. Las demás, siempre le suplicaban que no fuese tan cruel
con sus jugadoras, pero nada le hacía cambiar de opinión. No había manera de
ablandar el corazón de aquel malvado.
Aquella misma noche, el domador de circo estaba más nervioso
que nunca porque era consciente de que entre el público de la función, se
encontraba un importante empresario al que, si le gustaba el espectáculo,
firmaría un contrato millonario con él.
El domador se había acercado a Pichichi y le había dicho:
-Sí Coloreada no te mete ningún gol, te beneficiaré a ti.
Sino, ya sabes lo que te ocurrirá.
El pobre Pichichi temblaba porque estaba seguro de que
Coloreada le marcaría muchísimos goles. Sabía que ella tenía un gran corazón, pero
no podía hacer mucho por Pichichi ya que de lo contrario, ella sería la
castigada.
Desde el comienzo del partido, Coloreada y su equipo
dominaron el juego. La vaca se apoderó de la pelota y metió el primer gol. El
público, enloquecido, no paraba de gritar y jalearla:
-¡Coloreada! ¡Coloreada!
De nuevo, la vaca se hizo con el balón y se puso frente a
Pichichi. Otro gol para el desdichado portero. Uno tras otro hasta llegar al
sexto.
Pichichi tenía los ojos llenos de lágrimas pues ya se estaba
imaginando la cantidad de latigazos que iba a recibir de su injusto jefe.
Cuando todo terminó, se fueron a las jaulas para esperar al
domador. Primero fue Coloreada por no meter más goles, luego fue Pichichi que
además de latigazos recibió patadas. ¡Cuánta crueldad!
Un día, Coloreada y Pichichi decidieron fugarse y escapar de
aquel tormento con el que tenían que lidiar casi a diario. Estuvieron bien
atentos, trazaron un plan y cuando el domador se despistó, echaron a correr en
busca de una vida mejor.
-Jamás volveremos a competir- dijo Coloreada.
-¡Muuuu!- le contestó Pichichi.
Y siguieron su camino en busca de la felicidad.
Pasado un tiempo, se les ocurrió llamar a una de sus
antiguas compañeras. La vaquita Casillas, portera del equipo de Coloreada les
dijo:
-El jefe es muy bueno. Ha cambiado mucho. Nos ha acogido a
todas en su casa y se porta de maravilla.
Coloreada y Pichichi, tras mucho meditar, tomaron la
decisión de volver para vivir con sus amigas a las que extrañaban tanto y dar
una nueva oportunidad a su jefe. Seguramente se habría dado cuenta de que
aquella no era manera de tratar a los animales y se habría arrepentido.
Me gustó mucho. Ana.
ResponderEliminarGustoume moito este conto da vaca futbolista. Está simpático que a porteira se chame como Casillas. JA JA JA
ResponderEliminarLo único que no me gustó fue el comportamiento del granjero al principio, pero bueno al final ya pasó todo.
ResponderEliminarDaniel 4º E.P
Me gustó mucho sobre todo el nombre de la portera casillas Daniel 6º e.p.
Eliminargustoume moito, o que pasa é que fuches escoller os mellores nomes.
ResponderEliminargustoume moito
ResponderEliminarvicente 6 de EP
me ha gustado muuuuuuchísimo. jesus veloso teston
ResponderEliminarÉ MOI CHULO E MOI GRACIOSO
ResponderEliminarDende o meu punto de vista, este relato está moi ben.
ResponderEliminarESTÁ MOI BEN E UN DOS MELLOREES BRAIS (4ºE.P.)
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